Entre la diplomacia y la política

Entre la diplomacia y la política
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El enfrentamiento con sus opositores y la cercanía hacia la comunidad internacional fueron dos de los elementos que marcaron este quinto año de gestión de Abinader

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 Javier Flores, Santo Domingo, RD

Durante sus primeros años de Gobierno, el presidente Luis Abinader se mantuvo al margen de entrar en un intercambio de opiniones mediante declaraciones públicas con los dirigentes de la oposición política, dejando esa labor sus compañeros en el Partido Revolucionario Moderno (PRM).

Sin embargo, a medida que la campaña política del proceso electoral realizado en 2024 se iba incrementando, el mandatario comenzaba a lanzar ataques a la oposición y respondiendo a los señalamientos que le hacían en declaraciones públicas.

La actitud de ataque y defensa se ha mantenido aún después de que tomara posesión del Gobierno para un segundo período consecutivo el pasado 16 de agosto; a partir de allí, los enfrentamientos verbales entre Abinader y los líderes opositores se han acentuado, con los últimos quejándose de la forma en que el Poder Ejecutivo ha manejado varios temas, mientras que el mandatario solo se ha limitado a responder que cuando estos estuvieron a cargo, “la situación era peor”.

La primera disputa se realizó cuando el Gobierno oficializó su intención de modificar la Constitución de la República en búsqueda de “independizar” al Ministerio Público, estableciendo que la figura del Procurador General de la República será elegida por el Consejo Nacional de la Magistratura, a propuesta del Presidente de la República; la instalación de una cláusula pétrea” que da carácter de inmodificable al actual formato de elección y reelección y la modificación de la composición de la Cámara de Diputados.

En esa oportunidad, el expresidente Leonel Fernández indicó que la reforma constitucional, no sería aceptada ni “por un estudiante de derecho” ya que el actual mandatario está confundiendo las competencias y atribuciones del procurador general con las del Ministerio Público, ya que, según destacó el artículo 10 de la Constitución así lo establece, debido a que otorga autonomía funcional, administrativa y presupuestaria; a lo que Abinader respondió que tienen contextos muy diferentes sobre el término de “justicia independiente”.

“Él dice que es ahora independiente, quiere decir que Radames Jiménez quien es ahora el secretario general de su partido y fue su procurador era independiente, entonces son posiciones diferentes y es normal que esas condiciones diferentes se le presenten al país, lo que yo estoy seguro que lo que estamos presentando es lo que le conviene a la democracia”, fue la respuesta del mandatario ante el cuestionamiento.

En esa misma oportunidad, su primera Semanal al asumir su segundo Gobierno, Abinader le respondió a los alegatos realizados por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y su presidente Danilo Medina quienes señalaron que la modificación constitucional del oficialismo era de “alto riesgo”. El mandatario procedió a catalogar de la misma manera intento de modificación a la Carta Magna en 2019 habría tratado de buscar Medina para un tercer periodo de manera consecutiva.

“De alto riesgo era el intento de modificar la reelección en el 2019, eso sí era de alto riesgo para el país. Nosotros lo que queremos evitar es que ese intento pase de nuevo para que haya tranquilidad en la sociedad dominicana y para que esta sea, como he dicho, la primera de las reformas que va servir como la base para nosotros seguir desarrollando al país y duplicar la economía para el 2036. Lo contrario, esto lo que va a llevar es tranquilidad y no estar cada ocho años que si se va a reelegir, si no se va reelegir”, exclamaba Abinader.

Ese primer intercambio del nuevo Gobierno marcaría el ritmo de lo que serían los próximos 12 meses, en donde los exmandatarios Fernández y Medina, durante actividades de sus respectivos partidos, criticarían el accionar del Poder Ejecutivo, mientras el mandatario, se saltaría su propia regla de “no hablar de política en La Semanal” para seguir a la defensa de las maniobras realizadas por la administración gubernamental que encabeza.

A partir de allí, temas educativos, económicos, sociales y migratorios vería al mandatario y a sus dos antecesores enfrentados en la palestra pública debatiendo sobre quien lo hizo mejor en determinados frentes. Sin embargo, fueron las diferencias sobre la aplicación de las políticas migratorias lo que permitió un encuentro sin precedentes en el país.

En los días finales del mes de abril, con el empeoramiento de la situación en Haití y en búsqueda de contrarrestar los efectos directos e indirectos de esta en el país, Abinader le lanzó una invitación a sus tres predecesores en el cargo, para establecer una “posición nacional” con relación al tema.

Tras varias semanas, y desacuerdos sobre el lugar donde se escenificaría la cumbre, la reunión multilateral entre las cuatro personas que han estado encargadas de dirigir y administrar los destinos del país en los últimos 29 años (Abinader, Medina, Fernández e Hipólito Mejía) se escenificó en el Ministerio de Defensa con el objetivo de construir una postura unitaria frente a la creciente crisis en Haití y su impacto en la seguridad nacional, la economía y la estabilidad del país.

De pronto, los líderes políticos iniciaron acciones en búsqueda de mitigar el impacto de la crisis sociopolítica que afecta a Haití y remitieron cartas oficiales a líderes de naciones clave del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), solicitando respaldo para transformar la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS) en Haití, en una misión híbrida con liderazgo logístico y operativo de las Naciones Unidas.

Las misivas fueron enviadas a los jefes de Estado de los 15 países que son miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de la ONU, entre ellos; Donald Trump (Estados Unidos), Vladimir Putin (Federación de Rusia), Xi Jinping (República Popular China), Sir Keir Starmer (Reino Unido), Emmanuel Macron, (Francia), entre otros.

La búsqueda de cooperación internacional es otra de las aristas que caracterizaron este primer año del segundo período de Abinader; desde una conversación personal con Trump, hasta la visita del canciller ruso, Sergei Lavrov, la República Dominicana se convirtió en un foco de la diplomacia.

Durante las honras fúnebres del papa Francisco, Trump le expresó al mandatario que a la República Dominicana “le está yendo muy bien” y que le “preocupa” la situación de Haití. Abinader manifestó que el presidente de los Estados Unidos le reveló que le “encanta” el país.

La conversación entre Trump y Abinader sucedió en medio de las dos reuniones sostenidas entre Marco Rubio, secretario de Estado y el presidente dominicano.

Rubio y Abinader se reunieron en el Palacio Nacional.
Rubio y Abinader se reunieron en el Palacio Nacional.José Alberto Maldonado/LD

La primera fue en el Palacio Nacional en donde el funcionario estadounidense aseguró que la nación norteamericana no le pedirá a República Dominicana que acepte una ola masiva de migrantes, al tiempo que dijo que ningún país del mundo puede tolerar eso y, por lo tanto, no se le puede exigir a este país que lo haga; mientras que la segunda sucedió en Washington ocasión aprovechada por Abinader para reiterar la urgencia de una mayor intervención internacional para enfrentar la crisis haitiana, enfatizando la necesidad de fortalecer el apoyo que evite detener el deterioro de la seguridad en el país vecino.

Antes de la reunión con Rubio a la capital estadounidense, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia quien manifestó que la Federación de Rusia considera a República Dominicana como un «socio prometedor» en América Latina y el Caribe y que las relaciones entre ambas naciones atraviesan uno de sus mejores momentos, destacando el fortalecimiento de la cooperación económica, comercial, turística, educativa y cultural.

samantharadio

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