Se abren las puertas que nos lleva a la Semana Santa

En muchas iglesias el Domingo de Ramos se asocia a la bendición y procesión de palmas.El Domingo de Ramos es comparado a la puerta de entrada a la Semana Santa
Diac. Ramón Urbáez, Santo Domingo, RD
Durante las ultimas seis semanas los católicos de todo el mundo hemos venido haciendo un camino reflexivo en este tiempo que llamamos de Cuaresma, que nos prepara para sumergirnos en la celebración del misterio de la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo.
El Domingo de Ramos es comparado a la puerta de entrada a la Semana Santa, la cual concluye el Domingo de Resurrección del Señor.
Ya en el año 400 se venían haciendo dichas procesiones en Jerusalén. Es decir, que el mundo católico celebra y revive una antigua tradición de fe, que peregrina conforme a los signos de los tiempos.
«Cada uno de nuestros pueblos, barrios, ciudades, campos, en diversos lugares del mundo, donde haya un creyente, un seguidor de Jesús, se convierten en esa Jerusalén, a donde el Señor se dirige», dice la misionera Angela Cabrera.
Esa Jerusalén es la Iglesia, ciudad de Dios, donde todos los creyentes entran siguiendo a Cristo, acompañándolo con cantos; deseando, profundamente, que así entremos con Él en la Jerusalén del cielo. «Pero para acceder al cielo, al país de la vida, es preciso permanecer con Él siempre, venga lo que venga, sin desistir».
El secreto está en no soltarlo, no perderlo de vista, no distraerte, seguir sus huellas, y aprender de Él, guía y modelo», precisa la religiosa.
En la liturgia del Domingo de Ramos el conjunto de las lecturas, tiene un sentido hermoso y profundo. Por tal motivo, lo recomendable es no distanciar los momentos que la componen, sino identificar celosamente el hilo conductor que las une y las integra. Si la procesión revive esa entrada a Jerusalén, donde el Señor va a sufrir su pasión y su muerte en cruz, toda la Eucaristía tiene el clima de la pasión y el sacrificio.
De tal modo que fortalece a todos los que acompañan a Jesús en el camino de la cruz y los mantiene anclados en la esperanza que no defrauda.
Las lecturas escogidas fundamentan el misterio. La primera, tomada del profeta Isaías, presenta al siervo sufriente. Este evoca la persona de Jesús. Se realza la virtud de la obediencia. Refleja la actitud creyente de disponer los oídos del corazón para no decir ni hacer lo propio, sino lo que viene de Dios. El Señor es quien abre el oído.
Al siervo le toca escuchar, conservar, comunicar, para llevar consuelo. En su misión, el siervo sufre, sin dejar de obedecer. Dispone todo su ser, sin resistencia. Ofrece su espalda y su rostro a sus agresores. Pero la conciencia, de saber que Dios le acompaña, le hace resistir, no confundirse ni avergonzarse.
En la segunda lectura, tomada de la carta de san Pablo a los Filipenses, concentra el misterio pascual, de muerte y de vida. Ahí contemplamos a quien no hizo alarde de su condición de Dios, sino que se despojó de su rango hasta la muerte de cruz. A su vez, vemos la respuesta de Dios; quien lo enaltece, concediéndole el Nombre sobre todo nombre…
La narrativa de la pasión, que en este ciclo litúrgico corresponde a Lucas, está llena de detalles, de puntos reflexivos fuertes. Siempre es proclamada despacio, por personas conscientes de lo que leen y del fin que se persigue; de manera que la misma proclamación se convierte en oración contemplativa. Una oración que permita acompañar a Jesús en cada acontecimiento, de sus últimos momentos de su historia terrenal.
El objetivo no es suscitar sentimientos, sino convencimiento para fortalecer la fe. Cristo padeció, murió por nuestros pecados. Sin embargo, Semana Santa, no es Semana de duelo, sino de esperanza; porque Jesucristo dio su vida por la salvación de todos.
La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) ha exhortado al pueblo católico y no católico a que alimenten a sus familias en esta Semana Santa con las verdades de la fe, la moderación y las abstinencia de cualquier acción desordenadas.
Que no den a sus hijos vitaminas de playas, de ríos, de hoteles, sino vitaminas para el espíritu, para que su alma se una a Cristo.
Que los lleven dónde experimenten mayor paz y tranquilidad, que vivan en familia y con Cristo esta Semana Santa y dejarlos caminar solos.