“Cuando hice la transición de rock a la bachata decían que me volví loco y sí, me volví loco”

Tras seis años sin lanzar un proyecto discográfico, el cantautor dominicano llega con “Puñito de Yocahú”

Yerlendy Abad
Desde una óptica diferente, de un dominicano viviendo en América del Sur, Vicente García descubrió la presencia de la cultura indígena en ese subcontinente, donde fue adoptado hace once años, específicamente en Bogotá, Colombia.
Mientras en el resto del mundo, las tradiciones y costumbres ancestrales se mantienen arraigadas en la creencia de los sudamericanos.
De ahí, el cantautor siente la necesidad de plasmar la cultura dominicana, caracterizada por la mezcla de influencias taínas, españolas y africanas, en su álbum “Puñito de Yocahú”.
Luego de seis años sin lanzar un proyecto discográfico, García recogió la herencia de estas corrientes en trece canciones, destacando la del pueblo indígena que habitó las Antillas Mayores y que, según contó Vicente García durante una entrevista, ha “quedado relegada en los museos y en los libros”.
“Yo con este disco trato como de despertar un poquito esa curiosidad y de saber que todavía eso existe y que todavía eso es parte de nuestra vida cotidiana”, afirmó.
A pesar de destacar por su contenido histórico, “Puñito de Yocahú” no deja de ser un álbum moderno por el lenguaje actual que el artista maneja en cada tema.
“Esto que estamos haciendo con esta nueva jerga, con este nuevo vocabulario, también será historia para otras generaciones”, explicó.
“Aquí hemos tratado la parte taína, la parte indígena como algo que se extinguió, sin embargo, en Sudamérica todavía los indígenas existen, todavía son parte esencial del día a día, existe la medicina ancestral, esa cultura está viva”, recalcó.
Asimismo, confesó que le tiene fe a dichas deidades fundamentadas en el respeto a la naturaleza, contrario a los españoles, que se concentraron en construir estructuras como sinónimo de civilización.
“Con el tiempo nos hemos dado cuenta que la naturaleza tiene su curso y tenemos que respetarla, y los mismos españoles hoy lo entienden, o sea que no estaban tan equivocados”, recalcó.
FUE DIFÍCIL HACER GAGÁ
De los trece temas que componen “Puñito de Yocahú”, Vicente García admitió que el más difícil de hacer fue el gagá, titulado “Ningún ningún”, un ritmo del cual el dominicano rehúsa por su origen en la santería y el vudú y se conoce como una manifestación haitiana.
“Tenía como mis temores, yo sé que el gagá ha sido un tema bastante criticado, yo lo veo desde las mezclas de las fusiones, de que también hay algo de eso que nos toca, no es del todo nuestro, pero sí lo podemos ver. Yo he ido a muchas fiestas de gagá en San Luis y en un millón de lugares, y es parte también de lo que salpica de nuestros hermanos haitianos y no le tengo tanto tabú”, indicó.
DEL ROCK A LA BACHATA INSPIRADO EN JUAN LUIS GUERRA
A Vicente García lo llamaron “loco” cuando en el año 2010 tomó la decisión de iniciar una carrera como solista y experimentar con ritmos caribeños inspirado en Juan Luis Guerra, quien le abrió las puertas en el género tropical tras invitarlo a participar en su gira “La Travesía”. Sin embargo, no se arrepiente de esa transición que lo retó como artista, fusionando la bachata con otros géneros, entre ellos el bolero.
Su mayor éxito llega con su disco debut en solitario “Melodrama” (2011), conquistando la atención del público popular y las principales emisoras de República Dominicana y otros países con el sencillo “Como has logrado” hasta llegar a profundizar en las raíces rítmicas criollas, como lo hizo en “A la mar” (2016) y “Candela” (2019).
“Musicalmente, en primer lugar, eso fue como la gran semilla, totalmente inspirado en Juan Luis Guerra y en su música que fue para mí un apoyo en esa transición de yo venir del rock y de la música alternativa a querer abrazar la bachata, en ese momento de una manera naif (ingenua), algo que tal vez puede ser un bolero, una balada, pero llevaba bongo, güira y maraca. Y yo creo que luego con ‘A la mar’ (2016) yo quería como meterme como en el legado de la afrodescendencia y empecé hacer una bachata tal vez un poquito más cruda, también a trabajar con otro tipo de merengue como el pri-prí, como el merengue ocoeño, como el gagá también, y he seguido en ese camino”, mencionó.
“En ‘Candela’ hice una continuación de esa investigación de la cultura de la música dominicana, del merengue sobre todo, pero siento que la gran transición sí fue esa apuesta a la bachata viniendo de banda de rock, se sentí como ‘se volvió loco’ y sí, me volví loco”, expresó.