La nueva ruta del opioide

La producción, tráfico y consumo de la droga sintética traspasa las fronteras mexicanas: laboratorios clandestinos en Costa Rica, farmacias virtuales en República Dominicana y el uso del correo postal de Puerto Rico. Todas las direcciones llevan al más grande mercado de pastillas del mundo: Estados Unidos

Miriam Ramírez / El Universal | GDA, México
El fentanilo ilegal avanza en silencio en Centroamérica y el Caribe. La creciente presencia del opioide sintético ha encendido las alertas en República Dominicana, Puerto Rico y Costa Rica, tres países que enfrentan esta amenaza desde distintos frentes: rutas de tránsito, centros incipientes de producción y una crisis de intoxicaciones por consumo.
En Costa Rica existe la sospechosa de que podrían producirse pastillas; en República Dominicana se vende por internet; en Puerto Rico se distribuye desde el correo postal a Estados Unidos y, en la isla caribeña, ya genera más muertes que los homicidios.
Según informes recientes de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), América Latina atraviesa una transformación crítica: ha dejado de ser una zona de paso para convertirse en territorio de producción y consumo de opioides sintéticos, como el fentanilo y sus análogos. El Caribe y Centroamérica, con sus puertos estratégicos, fronteras porosas y débil control de precursores químicos, se inserta en esa dinámica con velocidad.
Puerto Rico representa el rostro más crudo de la crisis en el Caribe. Desde 2020, se ha registrado un aumento sostenido en las muertes por sobredosis, con fentanilo involucrado en al menos el 80% de los casos.
A diferencia de Costa Rica o República Dominicana, en Puerto Rico el consumo es una emergencia sanitaria. Las autoridades locales, como el Departamento de Salud y el Instituto de Ciencias Forenses (ICF), han reportado la presencia de fentanilo en la mayoría de las autopsias por drogas realizadas en los últimos tres años.
El ICF informó que entre 2022 y 2024 fallecieron mil 788 personas intoxicadas con fentanilo. La cantidad supera la cifra de mil 71 personas asesinadas en ese mismo periodo en la isla, donde la mayoría de las muertes violentas están vinculadas a las pugnas entre grupos criminales.
La Agencia para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) informó que en los años fiscales que van del 2022 al 2025 han decomisado en Puerto Rico 68 kilogramos de fentanilo. Además, hasta marzo de 2025 se han asegurado unas 30 mil pastillas con este opioide. De mantenerse la tendencia, la cantidad superará las 54 mil pastillas incautadas en 2024.

«Estas cifras reflejan una crisis de salud pública que continúa impactando nuestras comunidades», dijo el portavoz de la DEA en Puerto Rico, Tony Velázquez.
Grupos criminales locales han aprendido a mezclar fentanilo con otras sustancias como heroína, cocaína, crack, metadona, lo que multiplica la letalidad. Las dosis son vendidas en puestos callejeros y empaquetadas como si fueran otro tipo de droga, sin que los usuarios sepan con certeza qué están consumiendo.
Rebeca González Velázquez, directora para Puerto Rico de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI, por sus siglas en inglés), explicó que una vez producido, el fentanilo también se trafica a Estados Unidos a través de diferentes rutas marítimas y aéreas, en contenedores o a través del correo postal.
“En algunos casos aislados, Puerto Rico es utilizado como corredor de tránsito por organizaciones criminales que buscan evadir controles fronterizos más estrictos», afirma.
En diciembre de 2024, un juez federal del distrito de Puerto Rico emitió una acusación formal contra 34 integrantes del grupo criminal Los Tiburones o Grupo 31, a quienes se les acusó de montar una red para distribuir drogas ilegales, entre ellas fentanilo, al interior del sistema penitenciario de Puerto Rico. Según la acusación, el grupo utilizaba drones y catapultas para arrojar las sustancias al interior de las cárceles.

En marzo de 2025, en una operación conjunta entre la Oficina de Inspección Postal de Estados Unidos, la DEA y la Policía de Puerto Rico, se incautaron 261 kilos de cocaína, seis kilos de fentanilo y tres armas de fuego escondidos en envíos postales procedentes de San Juan con dirección a diversos destinos de Estados Unidos.
Costa Rica: laboratorio incipiente
Entre 2023 y 2025, los decomisos en el centro de San José, Costa Rica, pasaron de mil 201 pastillas a más de 20 mil con presencia de fentanilo. En el más reciente se encontró que la droga era vendida desde un local que operaba como mini súper.
Manuel Jiménez Steller, viceministro de Unidades Especiales de Costa Rica, confirma que ya se investiga la existencia de laboratorios locales en el país para la producción de fentanilo.
“Tenemos indicios sólidos de producción artesanal. Aunque no ubicamos completamente el laboratorio, sí encontramos recipientes, lavadoras y evidencia de procesamiento”, menciona.
También se han identificado máquinas tableteadoras que podrían ser parte de la fabricación de pastillas con fentanilo.
“Estos antecedentes nos llevan a concluir que la producción de fentanilo en pastillas ocurre dentro del país. Por ello, estamos enfocándonos en la raíz del problema: los importadores, los precursores y las personas que manejan estas sustancias”, dice.
Desde 2023, la Policía de Control de Drogas (PCD) ha detenido a 11 personas costarricenses, colombianas y un dominicano que se hallan a la espera de un juicio. Aunque no hay cifras de muertes confirmadas por sobredosis, el riesgo para la salud pública es alto.
Como en Puerto Rico, las autoridades de Costa Rica creen que muchas personas consumen fentanilo sin saberlo al estar mezclado con otras drogas para inducir adicción.
República Dominicana y un elefante en la sala
Aunque el gobierno de República Dominicana no reporta consumo interno ni decomisos recientes de fentanilo, la posición geográfica de este país lo coloca como punto clave de las rutas de tráfico internacional, especialmente rumbo a Estados Unidos y Europa.
La Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) y el Consejo Nacional de Drogas de República Dominicana documentaron en su informe 2024 la detección de cargamentos asociados a opioides sintéticos con destino internacional, lo que posiciona al país como un punto de tránsito en las rutas del narcotráfico que conectan a latinoamérica con norteamérica.
En un informe de abril 2025, la Red de Control de Delitos Financieros (FinCEN, por sus siglas en inglés) colocó a República Dominicana en el sexto lugar de países con más operaciones sospechosas de lavado de dinero de fentanilo, después de Estados Unidos, México, China, Hong Kong y Canadá. En total, FinCEN analizó mil 246 informes bancarios, y en ellos identificó transacciones sospechosas por mil 400 millones de dólares. En el caso de República Dominicana relacionó 32 operaciones sospechosas con farmacias en línea que venden pastillas falsificadas con fentanilo. Previamente, en octubre de 2024, la DEA alertó a los ciudadanos norteamericanos por la proliferación de sitios web con venta de medicamentos falsos a bajo costo y con envíos a todo el mundo que operan desde República Dominicana.
“Muchos de estos sitios se hacen pasar por legítimos, pero en realidad colaboran con narcotraficantes para completar pedidos en línea con medicamentos falsos”, destaca la agencia en una alerta de seguridad.
Desde 2015, decenas de dominicanos residentes en Estados Unidos han sido detenidos por distribuir fentanilo, de acuerdo con los archivos de la DEA. La mayoría han sido arrestados y sentenciados por pertenecer a organizaciones de tráfico ilegal. También han sido deportados a su país de origen, mientras que otros, encontrándose en República Dominicana, han sido pedidos en extradición por Estados Unidos para cumplir sentencia en sus cárceles federales. Esta lista suma más de 50 dominicanos acusados de tráfico de fentanilo.
El gobierno de Estados Unidos ha señalado reiteradamente a los cárteles mexicanos, en particular al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación, como los principales responsables de la producción y tráfico de fentanilo que inunda su territorio y alimenta la crisis de sobredosis.
Según autoridades estadounidenses, estas organizaciones importan precursores químicos de China, manufacturan el opioide sintético en laboratorios clandestinos en México y, más tarde, lo trafican a través de la frontera norte con Estados Unidos. Las tensiones diplomáticas han crecido: EU ha impuesto sanciones, emitido acusaciones penales contra miembros de ambos cárteles e incluso exigido mayor cooperación.
Sin embargo, el tráfico y producción del opioide va mucho más allá de México, como se lee en este reportaje, toca países del Caribe y Centroamérica, e incluso el interior de los Estados Unidos. Un expediente público del gobierno estadounidense nos muestra lo profundo de la producción dentro del país. En el sótano de un departamento en Manhattan, a escasos metros de una escuela primaria, operaba desde 2021 un laboratorio clandestino para la producción de pastillas con fentanilo y metanfetamina que imitaban medicamentos legales como OxyContin, Xanax o Adderall.
El lugar tenía capacidad para producir hasta 100 mil pastillas al día y distribuirlas a través del correo postal a compradores en Estados Unidos, Puerto Rico, Eslovenia y Alemania. A más de dos mil 500 kilómetros de ese laboratorio, en República Dominicana, Francisco Alberto López Reyes, alias Frank, coordinaba cada detalle: dirigía la logística del laboratorio, las rutas para el envío de droga, el diseño de las farmacias en línea desde donde se captaba compradores, la cadena de pagos en criptomonedas y hasta los colores y tamaño de cada pastilla.
La operación quedó registrada en una acusación federal presentada por un Tribunal del Distrito Sur de Nueva York a finales de 2024. Los agentes siguieron por un año la pista de la estructura delictiva y la acusaron de vender millones de pastillas falsas entre 2021 y 2024.
La organización que dirigía López Reyes estaba compuesta por 18 personas, la mayoría dominicanos y estadounidenses que controlaban una decena de farmacias en línea con nombres como “yourpharmacy.online”. En los sitios de internet ofrecían medicamentos sin receta, a bajo precio y con entrega a domicilio.
Los laboratorios clandestinos estaban ocultos en los sótanos de edificios residenciales de Manhattan, pero también de El Bronx. En uno de ellos, el Beaumont Pill Mill, las autoridades norteamericanas encontraron más de 97 mil píldoras, 12 kilos de fentanilo y otras mezclas con heroína, cafeína y metanfetamina, según se puede leer en la acusación federal.
En febrero de 2025, López Reyes fue extraditado de República Dominicana a Estados Unidos, donde enfrenta un proceso penal junto con otros integrantes del grupo criminal.