Fue el Licey el que perdió: Carta de un aguilucho tras derrota
Saulo Mota, Telemín@motatelemín
Han pasado horas de lo que fue la mejor Serie Final de béisbol profesional que he presenciado, en la que los Leones del Escogido finalmente alzaron su corona 17.
Sin embargo, personalmente, lo más importante que ocurrió ese día fue que el Licey perdió.
La felicidad que sentí en ese momento bordaba en éxtasis. No creo que hubo un escogidista más feliz que yo en ese momento.
¿Por qué? Porque odio a los liceístas y a los Tigres del Licey.
Porque si ganaban tres campeonatos seguidos los fanáticos del supuesto “Glorioso” serían insufribles, a pesar de que un tricampeonato ya lo alcanzaron las Águilas, el Escogido y el mismo Licey.
Pero, por suerte y un descomunal cuadrangular de Junior Caminero, se evitó la tragedia que pudo ser un tricampeonato azul en República Dominicana.
Sé que los liceístas que lean esto lo intentarán desmeritar como un aguilucho queriendo unirse al festejo de los Leones, como parte del denominado “Frente Amplio”, o cualquier otro grupo con nombre similar.
Nada puede estar más lejos de la verdad. El Escogido no me importa. Francamente, y sin ánimo de faltarle el respeto a los vigentes monarcas de la Liga Dominicana, son irrelevantes.
Este supuesto Frente Amplio no es más que una propaganda nacida del delirio de persecución del que sufren los liceístas, creada para simplemente justificar la alta tasa de rechazo que tienen en su propio país.
Sin embargo, cualquier cosa que puedan decir no importa ni importará nunca. ¿Por qué? Porque fue el Licey que perdió.
Nos vemos en octubre.
