Cuando las candidaturas vicepresidenciales suman
SIN PAÑOS TIBIOS
FEDERICO A. JOVINE RIJO
Si el ajedrez es una alegoría del combate, entonces, de cara a la batalla de mayo, todas las piezas del juego ya fueron desplegadas con la inscripción ayer de las candidaturas vicepresidenciales de todos los partidos.
El primero en hacerlo fue Luis Abinader, quien en noviembre de 2023 anunció que repetiría con Raquel Peña como compañera de fórmula. Más que siendo fiel a su práctica de mantener en los puestos a sus funcionarios sobre la base de la lealtad y el agradecimiento, quizás se aplicó a sí mismo el refrán de que “lo que funciona no se cambia”; porque, en efecto, su decisión de 2019 de escoger a una extraña como candidata a vice, no sólo le sumó votos y recursos, sino que también le permitió agenciarse de un brazo ejecutivo adicional caracterizado por la eficiencia, la prudencia y la transparencia.
Si la vice de Abinader subió bien alto la barra, los líderes de la oposición así lo entendieron y actuaron en consecuencia. Lejos quedaron los días en que “el 02” era sólo una figura decorativa; la complejidad de la modernidad les exige competencias reales en diferentes materias; cada vez los vicepresidentes aportan más, no sólo endosando prestigio, competencias técnicas, vínculos con sectores no políticos, movilización de recursos, etc., sino también complementando moralmente la propuesta electoral del candidato.
La escogencia de Ingrid Mendoza como compañera de Leonel Fernández, fue una decisión inteligente y bien ponderada; porque si “detrás de todo gran hombre hay una gran mujer”, en algunos casos, la mujer va al lado… o delante; y es que es imposible desligar la exitosa carrera política de Reynaldo Pared sin la presencia –más que como compañera sentimental, como compañera política– de Ingrid, la que sin duda, como candidata a vicepresidente de Fernández, insufla un aire de renovación a su propuesta electoral y amplía su base potencial de afiliación.
Abel Martínez seleccionó a Zoraima Cuello, una académica cuya honestidad, competencias técnicas y capacidades de gestión fueron probadas en los gobiernos de Medina, graduándose con notas sobresalientes.
En el caso de Opción Democrática, el compañero de Virginia Antares –Ico Abreu–, tiene una dilatada trayectoria de compromiso con el activismo social y la defensa de los recursos naturales, siendo por demás un académico riguroso.
Habrá que ver si en el plano político las candidaturas a vicepresidentes de la oposición lograrán revertir los resultados electorales que presagian las encuestas, aunque para lograr ello, pesan muchas otras cosas que no necesariamente dependen de los compañeros de fórmula seleccionados.
No obstante, queda la certeza de que tanto Luis, Leonel, Abel y Virginia, hicieron las mejores escogencias posibles dentro del marco de los criterios éticos y prácticos que la sociedad dominicana reclama, y que cada una de esas candidaturas podrá aportar, sino a la victoria de su partido, si a una discusión basada en propuestas, respaldada en ejecutorias, y avalada por una aprobación ciudadana que indica que como sociedad vamos por buen camino, si nuestros líderes reconocen que aspiramos siempre a lo mejor.