¿Estás ante una estafa o esquema piramidal? Estas son las claves para reconocerlo
Las estafas piramidales siguen a la orden del día en la República Dominicana, tomando desprevenidos a quienes colocan su dinero en manos de entidades no autorizadas en el sistema financiero dominicano, a cambio de una promesa «imperdible» para ganar dinero rápido.
El pasado miércoles, más de 90 personas se querellaron en contra de la Sociedad Comercial HDLS Digital Kimdo Investment y la Cooperativa de Ahorros, Créditos y Servicios Múltiples Digital Dominicana (Digicoop), a los que se les acusa de haber prometido ganancias de hasta un 165 % anual a todos los participantes por sus inversiones.
Hay una pregunta que surge con frecuencia en la ciudadanía cuando este tipo de casos sale a la luz en la justicia y en los medios de comunicación: «¿Cómo fue que las víctimas no se dieron cuenta antes?«.
Para poder identificar qué es una estafa, primero hay que conocerla. La Superintendencia de Bancos (SB) define los esquemas piramidales como estructuras de negocio que consisten en que los participantes crean una red para captar nuevos integrantes, quienes aportarán los beneficios para aquellos con más antigüedad.
En pocas palabras, el dinero prometido sale de las personas que caen bajo esta red, y no de un producto o servicio concreto que genere la rentabilidad deseada. Por esta razón, mientras más personas caigan en la trampa, mayor dinero se obtendrá.
El dinero que sale del bolsillo de los nuevos reclutados es usado para crear la falsa percepción, en los antiguos participantes del esquema, de que la inversión «está dando resultado». Sin embargo, cuando se descubre el engaño y los participantes abandonan el negocio, este se cae y se descubre la estafa.
¿Cómo reconocer que se está ante un engaño?
El Grupo de Acción Financiera del Caribe (Gafic) cita en un dosier cinco formas de identificar un esquema piramidal fraudulento:
- Hay grandes costes iniciales por parte de los participantes.
- El negocio hace énfasis en el reclutamiento de más personas en vez de las ventas de un producto o servicio. Esto, porque los ingresos salen de la cantidad de personas contratadas y no desde productos o servicios genuinos.
- La empresa carece de interés en saber sobre la demanda de los consumidores en relación al producto o servicio que se ofrece y carece de una investigación de mercado.
- A los reclutados se les impone como requisito la compra significativa de productos en existencia.
- Los participantes se ven obligados a comprar cosas innecesarias para mantener buenas relaciones con la empresa.
Las promesas de altas sumas en retornos, el dinero «fácil» a través de actividades que requieran un esfuerzo nulo (como hacer pagos, contratar a otros o colocar publicidad en línea en sitios web poco conocidos) y la ganancia a base de comisiones difíciles de entender son otros de los factores que pueden indicar que se está ante un negocio que no es del todo lícito, señala la Comisión de Valores de Estados Unidos.
Ante la resonancia de este tipo de casos en el país, el superintendente de Bancos, Alejandro Fernández W., llegó a simplificar en un tuit las características principales de una estafa financiera.
«Si paga mucho más que el mercado, sin riesgo, en corto plazo, sin regulación de una ‘súper’ (superintendencia), pagan por atraer a otros, involucra ´forex´, ´cripto´, ´CFD´s´ (Contrato por Diferencia, siglas en inglés), muestran cómo pagan a Dios, mezclan a Dios y el dinero y despilfarran… entonces, ¡es una estafa!», puntualizó el funcionario.