Melissa ya no es tormenta: es huracán, y su paso exige declarar a la República Dominicana en estado de emergencia nacional
Por Alan Vargas – Samantha Radio Online
El ascenso de Melissa a categoría de huracán marca un punto de inflexión en la gestión de riesgos del país. Lo que comenzó como una tormenta tropical con lluvias intensas se ha convertido en un fenómeno de alto impacto que ha dejado a su paso comunidades incomunicadas, cultivos destruidos, infraestructuras colapsadas y miles de familias en situación de vulnerabilidad. La República Dominicana no puede seguir esperando balances parciales: el país necesita una declaración oficial de emergencia nacional.
En la región del Cibao, los efectos han sido devastadores. La crecida del río en Villa Riva ha dejado tres comunidades aisladas, mientras que en Constanza y Tireo, en La Vega, las inundaciones han arrasado con parcelas agrícolas, afectando directamente la producción de vegetales y flores. En Barahona, el desbordamiento del arroyo “Arroyito” ha provocado evacuaciones urgentes. Las pérdidas en el sector agropecuario superan los RD$1,200 millones, según estimaciones preliminares.
El impacto no se limita al campo. En zonas urbanas como el Gran Santo Domingo, las lluvias persistentes han provocado deslizamientos de tierra, interrupciones eléctricas y colapso de alcantarillas. La baja asistencia escolar y comercial refleja el temor ciudadano ante un fenómeno que aún no ha terminado. La infraestructura vial ha sufrido daños considerables, especialmente en tramos rurales donde el acceso es ya de por sí limitado.
A pesar de la gravedad, algunas provincias han experimentado beneficios relativos. En zonas como Monte Plata y El Seibo, donde las lluvias fueron moderadas, los embalses se han recargado sin provocar inundaciones, lo que podría favorecer la producción agrícola en los próximos meses. Sin embargo, este alivio puntual no compensa el panorama nacional de pérdidas y urgencias.
El presidente Abinader ha convocado reuniones con gobernadoras y ministros para coordinar la respuesta, pero aún no se ha oficializado la solicitud de estado de emergencia. Esta demora podría limitar el acceso a fondos internacionales, ralentizar la asistencia humanitaria y debilitar la capacidad institucional para responder con eficacia. El país necesita una señal clara de que se prioriza la vida, la recuperación y la reconstrucción.
La declaración de emergencia permitiría activar mecanismos extraordinarios de ayuda, acelerar contrataciones para obras urgentes, y canalizar recursos hacia las zonas más afectadas. También abriría la puerta a cooperación internacional, algo vital en momentos donde el presupuesto nacional enfrenta presiones por múltiples frentes.
La recuperación será lenta, pero posible. El país cuenta con experiencia en gestión de desastres, redes comunitarias activas y una sociedad civil que ha demostrado capacidad de respuesta. Lo que se necesita ahora es voluntad política, transparencia en la ejecución de fondos y una estrategia territorial que no deje atrás a las comunidades históricamente marginadas.
Melissa ha dejado una lección clara: no basta con reaccionar, hay que anticiparse. La planificación urbana, el fortalecimiento de drenajes, la reubicación de familias en zonas de riesgo y la inversión en infraestructura resiliente deben formar parte de una política nacional de prevención. El cambio climático no da tregua, y cada fenómeno será más intenso que el anterior.
Desde Samantha Radio Online, hacemos un llamado urgente a las autoridades: que se declare el estado de emergencia, que se proteja a los más vulnerables, y que se construya una recuperación que no solo repare, sino que transforme. Porque cada tormenta es también una oportunidad para redefinir el país que queremos ser.
Según los últimos reportes del Instituto Dominicano de Meteorología (INDOMET) y el Centro Nacional de Huracanes (NHC), el huracán Melissa, ahora de categoría 5, se encuentra al sur/suroeste de Jamaica, desplazándose lentamente hacia el oeste a unos 6 km/h. Aunque no se espera que vuelva a tocar suelo dominicano, su amplia circulación seguirá provocando lluvias intensas, inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en varias provincias del sur del país durante toda la semana. Las autoridades advierten que los efectos indirectos podrían persistir hasta el viernes, especialmente en zonas vulnerables como Barahona, San Juan y Elías Piña, donde el terreno saturado aumenta el riesgo de emergencias adicionales.
